¿Cuántas veces has hecho cosas para agradar a otros aún cuando no querías?
¿Qué es lo que te motiva a hacer esa jugada… será el miedo al rechazo, al abandono o a que si dices que “no” ya no te “necesiten”?
Uno de los errores que solemos cometer muchas veces, es ponernos a nosotros en el último lugar de la lista de prioridades, sobretodo con las personas que amamos o queremos… y no hay error más grande que ese.
Cuando vivimos agradando a otros, empezamos a hacer cosas que satisfacen las necesidades de los demás y dejamos de lado las nuestras.
Vivir de esta manera puede ser muy desgastante emocionalmente ya que estamos viviendo todo el rato desde el miedo.
Hoy quiero invitarte a reflexionar en estas preguntas:
¿Es esta la manera en que me quiero relacionar con otros?
¿Es mejor una relación de mala calidad antes que no tener a nadie?
¿Me estoy dando el mismo amor, cuidado y compresión que le doy a los demás?
Recuerda que para recibir amor, primero hay que aprender a amarnos. Somos nosotros finalmente los que les enseñamos a las personas cómo tratarnos.
Recibimos lo que toleramos.
V.G.
Si te gustó esta entrada ¡te invito a que la compartas! 🙂
Buenísimo!
Me gustaLe gusta a 1 persona